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domingo, 23 de febrero de 2020

Edificio Albo





Llegados a Vigo procedentes de Santander, los Albo pronto consiguieron hacerse un hueco en la industria conservera viguesa. Así, impulsados por el gran momento que atraviesa el sector a partir de la guerra civil, deciden construir grandes y modernos edificios de viviendas que destinaron al alquiler. Era una forma de mostrar a la sociedad viguesa su floreciente poder económico.


En 1940, debido al trazado y pavimentación que se lleva a cabo a partir de la calle Urzáiz (lo que es hoy la calle Gran Vía), en el número 2 del nuevo vial se consigue un buen solar en el que la familia Albo contrata al arquitecto Francisco Castro Represas para realizar el proyecto de su edificio de viviendas.


Castro Represas era un arquitecto que propugnaba la nueva arquitectura racionalista. Pero debido a la presión social, en muchas de sus obras tuvo que abandonar ese estilo de arquitectura de vanguardia por uno acorde al gusto de la época: el regionalista.


Precisamente eso fue lo que le ocurrió con el edificio Albo. En un primer momento el proyecto era de estilo racionalista, pero a lo largo de la construcción se va modificando con incorporaciones de formas neobarrocas propias del regionalismo. Esto, unido a la falta de hierro y cemento en los años de la postguerra, hace que la realización de la obra no se concluya hasta 1949.


Con una planta baja con elementos clasicistas como columnas toscanas y en el resto del edificio con elementos neobarrocos como frontones barrocos partidos o cornisas molduradas, aun así el conjunto del edificio tiene un predominio racionalista.


En el edificio hay un claro dominio de la verticalidad en la esquina y la horizontalidad en las fachadas.


La composición es simétrica con el eje central de esquina.


En esa época el régimen franquista repudiaba las características de la arquitectura de vanguardia. Sin embargo en este edificio se pueden apreciar unas cuantas: los grandes vanos de esquina, los apaisados de las fachadas con esquinal curvo, dintel para protección de las aguas,...


Por si acaso, Castro realiza en lo más alto del edificio una reproducción de la famosa escultura alada de origen griego "la Victoria de Samotracia" (de Jesús Picón) y una aguja. 

La estatua, que conmemora la famosa Victoria de Samotracia (una batalla naval), se encuentra en el Museo del Louvre.


La situación privilegiada que tiene el edificio en el arranque de la Gran Vía, unido a su forma piramidal y el empleo de granito pulido de excelente calidad hacen que el edificio tenga un aspecto distinguido y majestuoso.