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domingo, 23 de febrero de 2020

Edificio Mülder (1910)





El edificio Mülder es uno de los edificios más destacados del modernismo vigués. Construido en honor al promotor de la obra, Enrique Mülder Palmer, es otra brillante obra del arquitecto vigués Manuel Gómez Román.


El proyecto está firmando por el también arquitecto Manuel Felipe Quintana debido a que Gómez Román todavía no podía firmar proyectos en esa época. En un principio el proyecto fue encargado a Benito Gómez Román, pero al fallecer éste en 1908, el proyecto recayó en su hermano adaptando muchos elementos a su inconfundible estilo modernista.

Se trata de una obra con una clara influencia ecléctica y de la escuela vienesa.


El edificio, hecho de granito y con un gran labor de cantería, consta de planta baja y tres altas y tiene dos fachadas, una que da a Montero Ríos y la otra que da a Pablo Morillo.

La fachada a Monterio Ríos tiene dos cuerpos más adelantados. En ella destacan los elementos salientes curvos, el gran arco carpanel apoyado en pilares que aligera la planta baja y el hermoso balcón corrido en la primera planta.


La fachada a Pablo Morillo junto a la de Montero Rios tiene una acentuada verticalidad, como se puede apreciar en la composición de vanos que abarcan dos pisos y en los áticos que se prolongan por encima de la cornisa sobre los dinteles de los tres huecos centrales de la fachada principal.


El chaflán se resolvió con un cuerpo de forma curvada que termina en una cúpula con forma de huevo de clara influencia vienesa cubierta de pequeñas losas de cerámica vitrificada de color cobrizo. Cabe destacar el fantástico trabajo de cantería y la utilización de la cerámica en algunos elementos de la fachada y decorada con imágenes en las que aparecen seres mitológicos enmarcados en óvalos azules y rodeados de guirnaldas.



La única nota negativa relacionada con el edificio es el poco respeto mostrado al mismo por parte de las administraciones locales. En su día se permitió la construcción de un edificio de 9 ó 10 plantas al lado del Mülder, que rompe la línea de cornisa que hasta entonces había en Montero Ríos. Posteriormente esto se extendió a más edificios de la calle afeando considerablemente el conjunto. Así, el edificio Mülder hoy aparece un poco arrinconado ante sus enormes vecinos.